Límite como línea que separa dos cosas. Delimitar es dibujar.
Hablamos de objetos, objetos cuya existencia e individualidad solo concebimos gracias a sus límites, aquello que nos permite discernirlos y diferenciarlos del resto de realidad material. Así, los límites nos permiten identificar objetos, cuerpos e imágenes; nos permiten construir la representación de los mismos. Estos límites a veces resultan arbitrarios, fruto de un capricho organizador de la realidad material, y otras quedan definidos por la propia naturaleza de la materia.
Delimitar supone establecer los límites que existen entre dos cosas. Por tanto, el límite siempre produce un contrario, una dualidad, una pareja que lo comparte. Los límites de las piezas de la escultura de Chillida son los mismos límites que dibujan y de-limitan el vacío que queda entre las planchas de metal. Es ahora un vacío que ha quedado definido únicamente por los límites que perceptivamente lo separan del resto, mientras que, materialmente, es igual al espacio que rodea la pieza.
Lo ilimitado.
Lo ilimitado es aquello que no tiene límites o cuyos límites se desconocen. La extensión de esta sustancia resulta por tanto indeterminada o incalculable, ¿puede ser un objeto algo ilimitado? La imagen proyectada en la sala 001.04 o la superficie iluminada por las lámparas de Morton poseen también sus límites y, sin embargo, son “materialmente” idénticas al aire que inunda la sala, un aire ilimitado… Pero, perceptivamente, observamos los límites de la imagen, generados por la radiación electromagnética que es la luz, y corporeizados gracias a una superficie con la que impacta y se refleja. Estos límites quedan ligados a las circunstancias espaciales del acontecimiento visual, ya que se modifican en función de la distancia y posición de las superficies reflectantes. Espectro electromagnético limitado por la fisionomía del ojo humano. Espectro visible.
El fin o el término de algo.
¿Dónde están los límites del Museo? Museo como lugar, museo como entidad. El espacio queda dividido por límites físicos que lo parcelan y subdividen. Los límites entre el exterior y el interior, las cortinas. Los límites entre lo público y lo privado, las taquillas.
¿Existen límites no físicos?
El Museo y sus espacios quedan limitados no sólo por cuestiones físicas sino también por cuestiones simbólicas. Límites que determinan los significados que una situación adquiere en un momento concreto. Volvemos paradójicamente a cómo algo queda definido según las circunstancias externas, según los objetos que lo rodeen. Así, la silla del vigilante se convierte en un límite que determina las características propias de ese lugar.
LÍMITE