Somos parte de la clase de la asignatura Diseño Industrial: arte, diseño y objetualidad del Máster en Historia del Arte Contemporáneo y Cultura Visual (curso 2017/2018). *** Y hemos hecho el ejercicio de ser eso, una clase. También de construir una plataforma para reunir y cruzar algunos materiales generados en ella.
















El curso se ha planteado como la elaboración progresiva de un trabajo personal a partir de unos materiales y experiencias comunes y compartidas. No sería correcto decir que hemos hecho un taller (no hemos reparado nada), pero sí hemos trajinado con textos e imágenes y hemos abierto las tripas de investigaciones previas que teníamos a medias. Frente al "trabajo final" (resuelto individualmente en las semanas anteriores a la entrega y sin más feedback que la nota final), ha sido interesante trabajar en un pequeño proyecto que evoluciona cada semana y que se comenta progresivamente en colectivo.

El Diseño forma parte de la cuota de saberes que contempla este Máster. No siempre se construye la Historia del Arte Contemporáneo teniéndolo en cuenta. En los estudios de Diseño suele aprenderse arte contemporáneo, pero lo contrario es menos frecuente. En principio, parece que su inclusión implica la consideración del diseño como obra de arte. *** Pero también podríamos ir más allá y pensar y cuestionar la validez de las categorías disciplinares en que estructuramos nuestro pensamiento: Arte, artes, Diseño, diseños, Ciencia, ciencias, artesanías, etc. ¿Es esta división necesaria?, ¿útil?, ¿inútil?, ¿tramposa?, ¿inevitable?...

El punto de partida del trabajo ha sido la elección de un objeto que estuviese en el ****** Queríamos situar el trabajo de clase en el Museo. ¿Qué representa para el Máster? ¿Cómo participar en él desde nuestras clases? Es una buena idea partir de sus materiales para luego darles un sentido que no estaba previsto por los relatos que propone la institución. Con ello creemos que podemos volvernos más conscientes de qué tipo de discursos fomenta o excluye. En clase comentamos a veces que este ejercicio tenía una parte inevitable de crítica institucional.

El primer motor fue la búsqueda de ese objeto, y el ejercicio inicial, acercarnos más (después de una primera vez en la que solo se ha visto) a través de su descripción. No se forzó la elección en función de una categoría predeterminada ("objeto artístico", "objeto de consumo", "objeto diseñado para la producción industrial"...). Eso nos ha llevado a que tratemos con la misma atención e interés una pieza de Chillida
que un ****** de diapositivas o una __ Casi sin darnos cuenta, hemos llegado así a algo que parecía imposible para la Historia del Arte: relatos sobre objetos que pasan por alto la figura del autor que los produjo.

De forma natural, y sin gran esfuerzo, hemos ignorado también las jerarquías que suelen establecerse entre los mismos objetos industriales (la silla es, por ejemplo, un objeto claramente privilegiado por la Historia del Diseño). La clase no se centra en las consideradas piezas claves de la Historia canónica de esta disciplina, sino en las propiedades, capacidades y simbologías que posee cualquier objeto. ¿Por qué una silla de Jacobsen podría ser expuesta como una escultura intocable (si el museo se interesase por ese tipo de piezas), y sin embargo la silla que ocupa el vigilante (seguramente una copia de la misma) pasa completamente desapercibida al visitante?

Para conocer los objetos, hemos trabajado con una antología de textos, los reunidos en el libro editado por Fiona Candlin y Raiford Guins, The Object Reader. *** Estos textos han sido presentados en clase por distintas personas, que los elegían en función de posibles afinidades con sus objetos. Textos de autores como:

**** Barthes

***** Benjamin

Martin Heidegger

Vivian Shockback

***** M. Manring

Un reader es un libro comodín, parece que hay cierto enciclopedismo y cierta objetividad en sus contenidos. Quizás habríamos podido trabajar con textos buscados con más intención; nos quedamos con que se trata de una solución que permite salir del paso sin emplear demasiado tiempo. Hemos trabajado con sensación de ir a contratiempo. El curso dura 10 sesiones de 2 horas. Sin embargo, finalmente hemos excedido lo previsto por la rigidez de los planes de estudios al extender el proyecto con la creación de una publicación web ****** que recoge las experiencias del curso. Hemos querido encontrar la manera de poner en práctica lo aprendido en el tiempo reglado, sobrepasar los límites del Centro de Estudios para llevarlo al mundo exterior.

Nos ha parecido importante compartir los materiales y que fuesen aumentados/ampliados/revisados/modificados a lo largo de las sesiones. Trabajar sobre el mismo material como punto de partida. Y está bien que haya textos leídos colectivamente, pero su presentación no es lo más interesante de la clase. Lo interesante fue la interpretación e aplicación para los distintos objetos. Por ejemplo, cómo el significado de una prótesis **** puede variar dependiendo de cómo se pone en relación con cada uno de ellos. Como la elección de textos ha sido libre y personal, cada persona lo ha podido enfocar de una forma distinta.
En el libro de cabecera hay un conjunto de Object Lessons que hemos tomado como almacén en el que encontrar un objeto "amigo" que nos acompañase para pensar los nuestros. También hemos usado la idea de Object Lesson como formato con el que hemos escrito sobre los objetos elegidos en el museo.

Ha habido también charlas en las que la profesora ha presentado investigaciones y estudios en curso en las que se plantean temas sobre el lugar de los objetos en prácticas artísticas de distintas épocas, la condición de sus presencias en función de los escenarios en los que se sitúan o el tratamiento de distintas materialidades. Invitamos a Marta Labad, doctoranda en Bellas Artes, a que nos contase su tesis sobre modos de producción postfordista.

Hemos traído contenidos, y también metodologías. La más recurrente, pensar con imágenes. **** De ahí que se hayan construido relatos visuales en los que situar nuestros objetos. Queríamos que este Máster, que está más bien orientado a la Historia del Arte, fuese un espacio de investigación en el que se experimentase con un pensamiento propio de la práctica artística. ****** Puede ser un método interesante a la hora de iniciar una investigación teórica partir de un relato visual. Usar una selección personal de imágenes y elaborar un montaje particular entre ellas puede llevarnos a conclusiones más inesperadas que la investigación que toma ya como punto de partida los textos de otros autores.

Hay temas como la funcionalidad, lo ornamental ***** o lo ecológico que no han sido prácticamente tratados en clase y, aunque sean lugares comunes a la hora de pensar en diseño, no dejan de tener interés. Tendrían que haber tenido un lugar. No obstante, quizás merezca la pena prescindir de esas problemáticas tan comentadas: ¿apuntamos así a otros criterios útiles para pensar el diseño o la arquitectura?

Ha habido un aprendizaje individual, y también compartido. No ha sido solo el aprendizaje de cada quién, sino que se han abierto posibilidades creativas, acumulativas y de crecimiento que han surgido de la unión de estos aprendizajes individuales. La creación de una bolsa de conocimiento colectivo y diverso a partir de planteamientos individuales es siempre positivo, creemos, en cuanto a crecimiento intelectual. Aprender a trabajar en grupo, tomar decisiones sobre el proyecto, un trabajo individual pero consensuado entre todos e interrelacionado; el avance personal sirve a los demás y al proyecto final. Si se miran los objetos con perspectivas variadas y diferentes a las habituales, la funcionalidad cambia.

En una clase pequeña como la nuestra es más fácil la comunicación entre los participantes. Se crea un ambiente igualitario en el que todxs participamos y trabajamos, diluyéndose posiciones de privilegio entre estudiantes (matriculadxs y oyentes) y la profesora. Hemos querido hacer de esto un proyecto que vaya más allá de lo meramente académico, no nos ha importando lo que ocurre dentro del Máster con el objetivo de sacar determinada calificación. Se ha generado un clima de confianza en el grupo y en nuestras capacidades para poder llevar el proyecto a términos más reales. Hemos podido usar el Máster como punto de partida y trabajar en nuestro futuro, iniciando investigaciones posteriores tanto individuales como colectivas.

Las palabras cruzadas, términos pensados como acompañamiento de los objetos trabajados, han sido la última parte de nuestro trabajo común. En el . . . . que conforman hemos relacionado conceptos aparentemente distantes entre sí, nuevas posibilidades epistemológicas. Al final resulta una forma de explorar no solo materialmente y conceptualmente los objetos tratados, sino de explorar las posibilidades del lenguaje y su capacidad de las palabras para acoger en su seno multitud de posibilidades. Ancla discursos a los objetos escogidos y supone un nexo entre las infinitas posibilidades del lenguaje a un mundo material.




















Arriba, de izquierda a derecha: Diego Calvo, Selina Blasco, Pedro José Trujillo, Isis Yépez, Noelia López

Debajo, de izquierda a derecha: Carla Canseco, Julia García, Irene Ortega, Inés de Egaña e Inés Lois